Aquí en el enlace de lo pagado para promoción de Arbusto Crower…que encima los textos los hago yo.
La verdad, no parece servir de gran cosa. Tenía que intentarlo.
Es la bomba, me pagan más por sumiso fregasuelos barre esquinas que por artista. De hecho por artista pierdo dinero. Pero quien dijo que en el arte iba incluido el dinero, o la comida, o algún tipo de necesidad básica, no no, te has debido equivocar.
No están pagadas ni las horas invertidas, ya son hablar de más o menos talento, ni de calidad o emoción, las horas simplemente, en 3 dias he dormido 11 horas trabajando en la distribución del recopilatorio a plataformas digitales, y pagarlo claro. Todo para que como ha sido siempre en mi caso, incluso en directos, el respetable público lo disfrute gratis, pero es que ya ni se escucha música, es un arte de relleno para amenizar cenas de hotel y bares comunes. ¡El fútbol!, eso si que da gusto verlo, y está muy bien pagado oye, darle golpecitos a una pelota para meterla entre 3 palos, y los tratan de Genios a algunos, de seres brillantes, del ejemplo a seguir, de la unión del pueblo, de raices, los colores, la pasión, ¿y los artistas?, los que triunfan andan detrás de un flash como bobos todo el día, para recibir premios comprados y pavonearse, menos mal que una cosa si da la música, ¡alimento para el alma!, y conmueve y mueve, ¡y también une!, ¿pero a quién?, mejor la política, ¡eso es!, política y futbol, eso es felicidad, lo demás son niños grandes jugando a crear y expresar, que pienso yo que en realidad los niños grandes son ellos, políticos y futbolistas, y otras faunas. En fin, aquí aariba y abajo reseña pagada en El Mundo De Tulsa para Arbusto Crower, una de las revistas independientes más potentes del estado, y por supuesto se paga por aparecer.
Tendría que haber estudiado para dentista, o para militar, o traficante que cojones, que se yo, cualquier cosa antes que la ingratitud del arte decla música en estos tiempos.
Lo mejor de todo es que con muy poco dinero estoy haciendo lo que me place, lo que mi capacidad creativa sea capz de creear, y muchas veces lo que me place es el «dolce fare niente», no hacer nada, tiempo para bostezar, ni siquiera hay tiempo para ese acto tan natural, y yo con mí manía, que manía de crear. Iluso dirán, y confuso, y loco de atar, pero mejor hacerse el loco y que me paguen por ello que chupar mierda a diario a toda prisa mirando un puto reloj. Si está claro, SIN GUILLOTINA NOHAY REVOLUCIÓN.
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